





















Sí pudiera caminar sobre mis pasos y examinar mis recuerdos, como una serie de retablos, me detendría a averiguar cuando fue el momento en que el miedo se introdujo como una cuña entre mi cuerpo y la vida. Estas fotos intentan dar cuenta de ese camino. Todo lo no dicho, lo que quedó pendiente.Puedo construir un mapa con mis cicatrices.Ellas son la partida y la llegada, las dos direcciones. Miro el cielo, o esa luz que revela un rincón, un mueble. Miro la tierra, voy al mar y vuelvo limpia. Pero el miedo retorna y no deja de chistar desde las sombras, toda la cadena de posibilidades descartadas, lo inválido. Mientras busco la respuesta correcta y me hago la pregunta equivocada, parada en el silencio, escucho, veo, obturo y disparo.